Muy a menudo, las reparaciones importantes del apartamento van acompañadas de una nueva planificación y, como consecuencia, de la transferencia de las puertas interiores. En tales casos, es necesario reparar los portales antiguos.¿Cómo cerrar la puerta tú mismo?
Para cerrar la puerta, necesita:
- perforación;
- ladrillos;
- mortero;
- yeso;
- materiales de acabado
1. Seleccione el material. Debe tenerse en cuenta que las puertas deben cubrirse con materiales que sean idénticos en propiedades a los utilizados en la construcción de la pared. Por ejemplo, se recomienda cubrir una entrada en una pared de ladrillos con ladrillos.
2. Prepare la apertura. Retire el marco de la puerta. Retire el yeso alrededor del perímetro de la abertura, a unos 15 cm de sus bordes. Para preservar la ligadura de la mampostería, es necesario cortar la mitad de los ladrillos que se encuentran en cada una de las 4 filas.
3. Coloque los ladrillos en el mortero. Espere hasta que se endurezca y aplique la primera capa de yeso. Haz el acabadoInstale rodapiés.
4. Una forma no menos común de diseñar una entrada es construir un nicho. Retire el marco de la puerta. Coloque la abertura con mampostería, pero colóquela no al nivel de la pared, sino ligeramente más profunda. Haz un nicho como las paredes que lo tocan. Hacer estantesPase lo mejor.
5. Una forma alternativa de decorar una puerta vieja es instalar una puerta falsa. Con esta versión del acabado, debe mantener el marco de la puerta y el paño. Cubra la abertura con ladrillos. Cierre la puerta y asegúrela firmemente en esta posición. El plano exterior de la puerta ciega se puede usar, por ejemplo, como un tablero de dibujo.
6. Otra opción que cerrar la puerta es crear un pequeño armario empotrado. Para estos fines, es necesario hacer la mampostería aún más profunda que en las versiones anteriores. El marco de la puerta permanece en su lugar. Instale los estantes en el hueco resultante a lo largo de toda la altura de la entrada. Cuelga la puerta con el vaso. Este casillero se puede usar tanto en la cocina, para guardar especias o platos, como en la habitación, para libros o cualquier cosa pequeña.